Me preguntan por la calle, que qué es dignidad.
Dignidad es que un padre de familia no tenga que salir
durante 15 horas al día de su casa, para poder alimentar a su familia.
Dignidad es que una señora de 80 años no tenga pesadillas
durante las noches por miedo a que la echen de su casa
Dignidad es que un niño no se maree en clase porque no ha
desayunado.
Dignidad es poder respirar aire puro, beber agua no
contaminada. Poder sembrar y compartir las semillas y tener tierra donde
hacerlo.
Dignidad es que una mujer pueda decidir sobre su cuerpo y su
vida, que no tenga a toda una sociedad haciéndola sentir un objeto. O que no
tenga que trabajar el doble para vivir igual.
Dignidad es que un saharahui, un castellano, un palestino,
un vasco, un kurdo o un catalán, no tenga a un Estado opresor que no les deje
ser lo que son, ni sentirse de su pueblo.
NO ES DIGNIDAD, los muros que levantan algunos estados
contra personas, estados que son culpables de la miseria de las personas a las
que impiden el paso.
NO ES DIGNIDAD que un estudiante no pueda terminar la
carrera porque no tiene cómo pagarla o que cuando haya podido terminarla, con
gran esfuerzo suyo y de su familia, tenga que emigrar a otro país para poder
ganarse la vida.
NO ES DIGNIDAD una guerra ni es digno quien se hace rico con
ella.
NO ES DIGNIDAD que haya enfermos en los pasillos de los
hospitales, o muriéndose desatendidos por la calle.
NO ES DIGNIDAD que las grandes corporaciones decidan sobre
la vida del 99% de la gente.
DIGNIDAD, EN DEFINITIVA ES, CUANDO UN PUEBLO SE LEVANTA Y A
PESAR DE LAS DIFICULTADES, NO SE RINDE
Escrito para las marchas del 22/Oct/2015. Segovia
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