lunes, 10 de junio de 2013

La palabra estalla

Los ojos de la miseria miran
Al terror que  cada día les aniquila
Está por todos los lados
En carteles de gran tamaño y coloreados
Mc Donald, Coca-Cola, Monsantos, Endesa,
El emporio del capital tiene nombre de empresa
Y su fiel lacayo el Papa Estado
Contribuye reprimiendo y adoctrinando
Así cientos de compañeras
En botes de humos se vieron envueltas
O quizá en torturas o quizá entre rejas,
Contestando encapuchadas,
Cocaína de placa y chaqueta
El cerco se estrecha
Y a cada paso avanzado
Los sabuesos rabiosos acechan.
Por un sueño entre los lamentos,
jadeando al viento  suspicacias del infierno.
No es sencillo reconocer
Quién hace de la vida mercancía que comprar y vender
Pero aún es más difícil
Ponerse de frente y jurar jamás asumir
Con todo lo que ello conlleva
Cárceles, exilió, muerte o malvivir
La palabra como arma
Ya lo dijo la perseguida revolucionaria,
Emma Goldman que constituyó, 
Una de esas mujeres que la concepción
del mundo cambió.
Por eso existe el Cuarto Poder
Para mantener a todo el mundo fiel
A la doctrina a obedecer
Escrita por una clase
Y repetida cien por doquier
Por eso algunas no podrán callar
A la infamia
Obligada a abrazar
Y elegirán aún con miedo
El fuego antes que el lamento
La rabia y ostracismo
Antes que suplicar
Migajas a los ricos
La destrucción del poder
En lugar de venderse
Y ser esclava leal.
Y así
No apagarán
La chispa de las mentes
Que luce abiertamente
Y que arderá
Hasta la libertad final
Emancipación pienso
Insurrección vivo
Existo combatiendo


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