jueves, 29 de noviembre de 2012

Una calle cualquiera



Silencioso en un rincón, se sienta el muchacho observando
Mira por la ventana, nieva, pero él no se da por enterado
Atiende a las personas callejeras
El vendedor ambulante, con sus flores y sus artes
La gitana castañera,
que alimenta a los niños, por una simple moneda
La guapa chica que hace mimo
Siempre quieta, siempre en silencio
Su sonrisa atrae los sentimientos de los sinceros
A un lado, una camada de gatos rodeando a la señora
Que siempre les regala sus sobras,
Viuda y todavía en duelo por la pérdida,
No se ha acostumbrado a cocinar sólo para ella.
Al fondo, en las cercanías de la plaza
Se ven las luces de los faroles
Los de los escaparates que venden
Ropas que no se pueden comprar
Una calle cualquiera,
Vista desde cualquier hogar. 

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