miércoles, 21 de noviembre de 2012

Confianza I

Frágiles lágrimas me usurpan tu mirada
Y al calor del candil recuerdo el día,
En que tu inocencia se topó con la mía
Y formamos juntos la morada.

La placidez renunciada por la magia
Enroscó muy alto el guía
De aquellos pequeños muchachos
Que no conocieran la ira
Pero cada noche,
Tropezaban con la inmundicia.

Así se fueron cociendo
Los meses y las aventuras
De tan peculiares menesteres
De tan graciosas travesuras

Poco a poco se forjó
Una valiosa alianza,
Alianza que no era de oro
Pero tampoco de plata

Pronto cambiaron las cosas
Y un gran hueco abrió sus fauces
Tragando sin compasión
Aquellas bonitas tardes.

Años sin volver a ver
Una sonrisa cualquiera
Que mostrará a los ojos
Una señal certera

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