miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Saltas conmigo?


Sigamos volando, sigamos volando, sigamos volando y dejémonos trasladar a otras realidades donde nuestros pies no se engarcen en los relieves de la superficie. Y miremos a lo lejos, dejemos que el sol nos dé en la cara y sigamos, sigamos caminando hasta que lleguemos a ver el final. No tengamos miedo a vivir, con sus penas, con sus heridas, con sus rumores, con enemigos, con violencia. No tengamos miedo a soñar más allá de la mediocridad, porque nos queda eso, una vida de verdad, no un envase de plástico rodeando a nuestra angustia vital. Es muy fácil vivir cabreado, es muy fácil renegar de nuestro mundo y no ser capaz de echar una sonrisa. La luz que refleja en los labios sonrientes, puede y debe darnos en la cara, pero sólo será si la dejamos. Dejemos de ser grises, seamos violetas, morados, rosas, verdes o colorados. Respiremos hondo y sepamos apreciar los aromas tostados, los sabores amargos, y los sonidos estridentes, porque de ellos creceremos. De la suavidad disfrutaremos, de los riscos punzantes, sacaremos migas de pan que nos darán de comer. La normalidad es plana, seamos raros, estrambóticos, seamos curvos y complejos. Seamos diversos en nuestro desarrollo, porque aprenderemos a respetar. Sublimemos lo cotidiano. No renunciemos a arriesgarnos, porque entonces acataremos todas y cada una de las normas impuestas y nos tendrán atados. Atados y maniatados a su esfera.

Yo salto al vacío, aunque debajo no vea nada, porque quedarme quieto me ahoga. ¿Saltas conmigo?

2 comentarios:

  1. Ojalá tengamos agujetas en las alas de tanto voooolaaarrrrrrrr*

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    1. Estoy seguro de ello. En Segovia me parece que tenemos mucha gente con arte que vuela. Así que a volaaaar

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